Las cooperativas y nuestro desarrollo económico

El sistema cooperativo conformado por las de ahorro y crédito y de producción ha observado en los últimos años un crecimiento, evolución y expansión cualitativa y cuantitativa importante, coadyuvando activamente al fortalecimiento de nuestra economía en diversos segmentos de negocios.

Constituyen uno de los motores del desarrollo económico sostenible, basados en la utilización de recursos endógenos, persiguiendo objetivos tanto económicos como sociales para sus grupos de interés y en desarrollar su actividad de forma responsable, participando activamente en la construcción de un modelo de desarrollo fundamentado sobre la autoayuda.

Cuentan a nivel país con más de 1.500.000 socios, a quienes asisten crediticiamente o a través de otros productos y servicios no crediticios, pues al igual que las empresas que conforman nuestro sistema financiero, están presentes a través de la innovación de sus diversos procesos y reinventándose permanentemente en donde la digitalización a través de sus páginas web han resaltado nítidamente y con excelentes resultados.

Nuestro sistema cooperativo a nivel país tiene una participación relativa no menor al 20% del total del flujo de depósitos dentro del sistema financiero y con tendencia a seguir creciendo.

Para el cumplimiento de la visión, misión y valores, cuentan dentro de su estructura organizacional con un plantel de funcionarios que conforman su organigrama, siendo hoy por hoy una de las principales fuentes generadoras de empleos formales, teniendo en cuenta su presencia en casi todo nuestro territorio.

Un informe generado por la OIT hace algún tiempo señalaba que más del 10% del empleo formal a nivel mundial provienen de las cooperativas, lo que nos demuestra la gran importancia que este sector económico-social representa, proyectándose como una institución necesaria para la estabilidad y sostenibilidad del crecimiento de nuestro país, participando en forma activa en la satisfacción de necesidades crediticias y productivas para sus asociados.

Vemos, leemos y escuchamos a través de diversos medios acerca del crecimiento exponencial en diversos rubros del emprendedurismo en nuestro país, lo cual es positivo, pues pone de resalto la capacidad innovativa y creativa de los mismos para poder emprender diversos tipos de negocios y del cual las cooperativas de ahorro y créditos y de producción poseen una activa participación.

Todos nuestros emprendedores al inicio se convierten en microempresarios, pero dependiendo del enfoque y planes estratégicos que les den a sus proyectos a futuro podrían convertirse en pymes, un sector estratégico que también merece toda nuestra atención y apoyo, que permitan poder apuntalar su crecimiento y expansión, pues siguen constituyéndose a nivel mundial en los mayores generadores de fuentes de trabajo.

Las cooperativas de tipo “A” (aquellas que poseen nivel de activos superior a G. 300.000 millones en función a lo dispuesto por el Incoop, están sujetos a calificación de riesgos, otorgándoles una membresía adicional, acrecentando de parte de sus socios los niveles de confianza, dado que hasta ahora las mismas no cuentan aún con un fondo de garantía sobre depósitos.

Nuestra macro y microeconomía viene observando una gradual recuperación, estimándose preliminarmente para este año un crecimiento económico que rondaría el 5% y en donde es innegable que el sistema cooperativo a nivel país (cooperativas de ahorro y crédito y de producción) seguirán desempeñando un rol primario para el desarrollo y crecimiento económico y social de nuestro país precisando que el Gobierno Nacional los siga dando todo el apoyo posible, en un país de economía emergente como el nuestro con posibilidades potenciales de diversificar y expandir su crecimiento hacia afuera cualitativa y cuantitativamente.

Fuente: lanacion.com.py