|
Su sistema consiste en que las mermas (que tienen átomos de carbono), se transforman en un vapor combustible llamado gas de síntesis. Luego, este gas pasa a un grupo electrógeno, con el cual se genera electricidad. Los resultados están enfocados para proyectos de pequeña y mediana escala (desde 20 a 2000 kw de potencia instalada).
La iniciativa comenzó en 2013 con el apoyo de Corfo. Hoy ya son una StartUp incubada en el Instituto 3IE de la U. Federico Santa María. Ellos han colaborado para que puedan realizar sus prototipos. “Las primeras pruebas las hicimos en Mendoza, luego instalamos un equipo en Chile de 20 kw. Actualmente estamos negociando tres proyectos”, comentó Valenzuela.
Respecto a lo más difícil de emprender, los ingenieros señalaron que “los recursos y una buena administración son la clave para no morir en el llamado -valle de la muerte- de los emprendimientos; se debe aprender que los sueldos en los primeros años, no son lo que uno ganaría en la empresa privada, y ese sacrificio debe ser compartido por la familia”.
En relación al precio indican que “depende del residuo, del volumen y de la humedad; en términos de diferenciación, somos más económicos que otras tecnologías, y en relación al modelo de negocios, no tenemos competencia”.
En la actualidad están en la búsqueda de inversionistas para aumentar su capacidad comercial y acelerar el crecimiento, que se estima será de un 300%, en base a la facturación que hoy es de US$100.000 anuales.
FUENTE: ESTRATEGIA
|
Tres ingenieros entendieron el costo que implica para las empresas transportar y disponer de sus residuos orgánicos, desarrollando un sistema que los transforma en energía que la misma empresa puede aprovechar.