«Una cooperativa debe ser manejada como una empresa moderna»

Corné de Louw, experto holandés en agronegocios y cooperativismo:

Resultado de imagen para Corné de Louw, Senior Projectmanager Agribusiness & CooperativeEl especialista, que ha desarrollado programas de cooperativismo en distintos países de África, América y Asia, sostiene que ellas ayudan a mejorar la competencia de los mercados, incluidos los monopólicos u oligopólicos, y que permiten la integración de los pequeños productores a las cadenas productivas y comerciales. 

En los últimos meses, el cooperativismo agrícola -específicamente Colún, cooperativa láctea cuyos productores son de los pocos del rubro que ostentan buenos resultados económicos, ya que invierten en el negocio en el que participan, agregan valor y lo han hecho bien- ha generado una intensa polémica. Las causas son, por un lado, que al ser cooperativa, cuenta con fomentos como la exención de tributos a las utilidades -al igual que sus socios- establecida por la ley, lo que ha sido cuestionado por otras empresas del sector, que sostienen que es una ventaja que les permite tener una pauta de pagos que se compensa con las utilidades que luego obtienen sus asociados. Ello ha motivado que Watt’s haya pedido incluso la revisión de la ley de cooperativas.

Más allá de la polémica, el cooperativismo es un modelo de negocios que ha crecido fuerte en numerosos países desarrollados, especialmente europeos, lo que ha permitido que una gran cantidad de agricultores de todos los tamaños sean productores exitosos. El ministro de Agricultura, Antonio Walker, convirtió el tema en uno de los puntales de su programa, al definir que el cooperativismo moderno es la fórmula para que los pequeños productores nacionales puedan sumarse a la cadena exportadora del país y es lo que ha promovido en forma potente en los primeros meses de su gestión, tema que motivó que el Minagri organizara el seminario «Asociatividad y cooperativismo moderno: Una solución para el agro», en el marco de la primera Expo Chile Agrícola, que contará entre sus invitados con el especialista holandés Corné de Louw, gerente del proyecto de agronegocios y desarrollo de cooperativas de Rabo Partnerships, unidad consejera de Rabobank. De Louw, como experto en el diseño de estrategias de alimentos y agronegocios y soluciones financieras en cadenas de valor, ha desarrollado programas de cooperativismo en Brasil, Indonesia, Tailandia, Vietnam y varios países africanos.

Para el experto, las cooperativas modernas, es decir, entidades que funcionan integradas verticalmente, son claves para permitir que los pequeños y medianos agricultores puedan integrarse a las cadenas comerciales y, de esa forma, mejorar su capacidad productiva y comercial, pero, insiste, ello implica contar con normas que lo permitan y estrategias bien planificadas. Y recalca que a través de las cooperativas se puede mejorar la competencia de los mercados, incluso los monopólicos u oligopólicos.

 ¿Qué rol juegan las cooperativas en la producción agroalimentaria global?

-Uno muy importante en muchas de las cadenas de valor de los agronegocios. Por ejemplo, en la Unión Europea el 60% de las empresas procesadoras y de marketing de alimentos son cooperativas, al igual que el 50% de los proveedores. En EE.UU. lo son el 28% de las compañías procesadoras y de marketing , y el 26% de los proveedores. Sin embargo, en los mercados emergentes este porcentaje es aún insignificante.

 ¿Cómo pueden ayudar a la integración de los pequeños y medianos agricultores en la cadena exportadora?

-La seguridad alimentaria es un tema clave en muchos mercados maduros. Esto requiere de productos de alta calidad que tengan una trazabilidad del 100%. Esto solo puede hacerse si todos los integrantes de la cadena trabajan unidos, lo que significa que debe haber una clara integración vertical. Para apoyar a los agricultores a convertirse efectivamente en emprendedores, las cooperativas pueden diseminar el conocimiento, estimular la innovación y entregar los servicios que se necesitan para impulsar la productividad.

-¿Por qué una cooperativa podría aportar de mejor manera a la construcción de una cadena de valor eficiente en la producción agroalimentaria?

-Se ha comprobado que las cooperativas contribuyen a tener cadenas de valor más eficientes, mejoran la eficiencia logística y aseguran la calidad. A través de la presencia de cooperativas, los mercados monopólicos u oligopólicos han sido forzados a mejorar sus niveles de competencia. El efecto de esto es la mejora de las deficiencias de mercado y cadenas de valor organizadas de manera más eficiente.

foco en la valorización

 El cooperativismo es un sistema antiguo que en Chile ha tenido poco éxito. ¿Por qué el cooperativismo moderno funcionaría mejor que el tradicional?

-Hoy las empresas enfrentan condiciones y dinámicas de mercado completamente distintas. Los mercados están orientados globalmente y las tecnologías son muy complejas. Esto requiere de una estrategia enfocada en la valorización, internacionalización y la diferenciación de productos. Una cooperativa moderna se basa en principios de negocio y económicos con estructura innovadoras de gobernanza para ajustarla a los principios de mercado, porque las cooperativas tienen que competir con sus pares privados. Por ejemplo, permitiendo votos proporcionales en lugar de un socio un voto.

 ¿Cómo se concreta en la práctica?

-Una cooperativa debe ser manejada como una empresa moderna normal, con una visión y estrategias claras. La principal diferencia es que los agricultores se beneficiarán por el mayor valor agregado que crean a través de esta cooperativa enfocada al negocio. Idealmente, una cooperativa moderna está integrada verticalmente para ser capaz de obtener una «mayor porción de la torta».

 ¿Por qué una cooperativa sería una opción mejor que una empresa?

-Todos los agricultores pueden ser parte socios o iniciar una cooperativa. Los actuales líderes comerciales agrícolas de Holanda iniciaron cooperativas hace más de cien años. ¿Por qué? Porque vieron los beneficios económicos de ese modelo de negocios. La motivación para los agricultores de hacerse parte de cooperativa son los beneficios tangibles. La apropiación de ganancias basada en las transacciones es el principal motor para hacerse parte de una cooperativa.

 Pero ¿hasta dónde el Estado juega un rol clave?

-Un modelo de negocios de tipo cooperativo debe competir con sus pares privados, lo que significa que se tienen que ajustar a las reglas de un sector específico. Si la legislación que las regula es muy restrictiva, esto no puede hacerse. Por ejemplo, en Holanda la legislación se mantiene deliberadamente flexible; a partir de eso, la cooperativa holandesa puede ajustar sus normas internas basándose en las necesidades del mercado. Por ejemplo, el Rabobank es una cooperativa financiera que tiene un modelo completamente distinto que el de Friesland-Campina, que es una cooperativa productiva.

 ¿Qué condiciones se deben dar para su éxito?

-Primero, se necesita un ambiente que lo permita; es decir, el gobierno debe dar espacio para desarrollar estascooperativas de tipo empresarial. La prioridad es contar con una legislación que las fomente. Además, la confianza y el compromiso entre los productores se deben construir basándose en una estrategia y plan de negocios claros y que incluyan reglas económicas. Por ejemplo, una clara política de capitalización y las obligaciones de reparto en el caso de altas inversiones.

 Precisamente en Chile, las cooperativas no han tenido éxito por las desconfianzas y el manejo que ha existido en muchas de ellas. ¿Cómo se supera ese problema?

-Una estructura de gobernanza interna transparente, con balances y chequeos adecuados, es clave. Una cooperativa debe ser manejada de manera profesional. El cambio de paradigma que hay que hacer es que las cooperativas son entidades de negocios y no organizaciones basadas en comunidades sociales. Las ideas de las cooperativas como entidades sociales impactan en las propuestas de políticas adecuadas y, por lo mismo, afectan su desarrollo económico. El aplicar a ellas el adjetivo «social» es en detrimento de su modelo de negocios, aunque las bien organizadas como entidades de negocios tienen un alto y positivo impacto social.

Hay que evitar el adjetivo social como inherente a las cooperativas. Son organizaciones económicas.

«HAY QUE EVITAR
el adjetivo social como inherentea las cooperativas».

«LOS AGRICULTORES
se beneficiarán por el mayor valor agregado que crean…»

 

Fuente: Economiaynegocios