Üñü: la propuesta de diseño chilote sustentable aliada a los principios del comercio justo

El publicista santiaguino Javier García creó este proyecto de fabricación de mobiliario y elementos decorativos a partir de madera recogida y comprada en el archipiélago de Chiloé, y realizados por artesanos y artesanas locales. Para compensar lo que Üñü le quita al bosque, la empresa genera campañas de reforestación que amplían la superficie de árboles nativos en un territorio tan frágil y degradado como el isleño, y promueve la educación ambiental entre niñas y niños chilotes.

A 20 minutos de Chacao, puerta de entrada de la mágica isla de Chiloé, se encuentra el pueblito de Lamecura, que ni siquiera aparece en los registros de Google Maps. Esa pequeña localidad es el centro de operaciones de Üñü, un proyecto de diseño chilote sostenible creado por el publicista Javier García hace tres años.

Si bien nació en Santiago, el corazón de García se aquerenció en el archipiélago de Chiloé. Primero fue una tía quien adquirió un terreno y construyó una casa en Lamecura. Luego fue su papá. Hasta que, de tanto ir y venir, el emprendedor empezó a conocer la obra de sus vecinos artesanos y artesanas. En principio compraba esos productos y los vendía en la capital. Pero después pensó que propiciar una alianza con ellos tenía un gran potencial.

“Había mucho talento en los artesanos, sus productos eran de una belleza muy particular, tenía gran feedback con los clientes a los que les vendía estos productos, pero había cero plataformas de visibilidad o comercialización. Hoy en día estos mismos artesanos han tenido un crecimiento súper grande en cómo hacían las cosas antes y cómo las hacen hoy en cuanto a diseño y abriendo la cabeza”, explica García.

Ese fue el empujón inicial que necesitó Üñü (@unu.chile en Instagram y también disponible en el fan page https://www.facebook.com/unu.chile/) para saltar a la vida. García juntó en los albores del proyecto a seis artesanos y artesanas, y ahora la agrupación que trabaja con él suma entre 16 y 18 integrantes. Todos ellos/as diseñan cuatro categorías de productos: maderas, fibras, lanas y materiales reciclados.

En el inventario de productos figuran muebles, cucharas, bancas, mesas, sillones, lámparas y bandejas de alta calidad, realizados por artesanos/as de varios sectores de la isla como Manao, Linao, Coñimo, Dalcahue e incluso Huillinco, cerca de la costa Pacífico. El trabajo asociativo y comunitario es uno de los principios que rigen el modus operandis de Üñü, cuyo vocablo significa “murta” (un arbusto típico del sur de Chile que da un delicioso fruto) en mapudungun.

“Somos un proyecto de triple impacto: económico, social y ambiental. Respetamos el patrimonio chilote, generamos empleo y como somos una isla nos hacemos cargo del ecosistema completo: en tierra a través del bosque y océanos a través del plástico que termina en nuestros mares”, agrega el publicista.

“Pretendemos convertir el concepto consumo desde un monstruo a un ángel, porque mientras más vendemos, más plantamos y más educamos”.Javier García, fundador del proyecto Üñü.

La clave: reforestación para devolver al bosque

Para elaborar sus productos, Üñü trabaja 50 por ciento con madera recogida y otro cincuenta con madera comprada, buscando generar el menor impacto posible en la isla. Pero la clave que “le devuelve al bosque lo que le sacamos” son las campañas de reforestación que lidera la empresa. Han realizado dos. “La primera fue en Lamecura, en el campo de uno de nuestros artesanos, que tiene manejo de bosque. Por lo tanto, lo hacemos de forma responsable y sustentable, y siempre en junio y julio que son los mejores meses para plantar. La segunda la hicimos en el estadio municipal de Chacao y cumplió un objetivo social, porque generamos una columna de árboles para separar la cancha de la autopista antigua”. El sitio para la tercera campaña de reforestación aún no está definido, pero lo más seguro es que sea en un parque privado de conservación en Chonchi, en el centro de la isla.

“Como no somos un gran retail, nuestra plantación es bastante humilde, por lo que convocamos a nuestros dos públicos, empresas y personas, a que compren nuestros productos, que aporten y que planten. Convertimos una necesidad en una actividad familiar y educativa, que termina con un festival de música”, narra García. En la primera campaña plantaron 500 árboles con 40 personas; en la segunda más de 1.500 árboles con 250 personas y en la tercera pretenden alcanzar la suma de 10.000. En todas rompieron la meta.

“Trabajamos la luma, con eso hacemos el 90 por ciento de los productos. Ocupamos la vara completa: con la parte más gruesa del tronco hacemos muebles grandes, y con las partes más delgadas hacemos bandejas. No se pierde prácticamente nada”, asegura Javier García, quien si bien opera en Santiago y viaja periódicamente a Chiloé, delega las funciones de coordinación al artesano chilote Jorge Llancán, quien también es vecino de Lamecura.

Las dos primeras campañas fueron realizadas con la organización Núcleo Nativo y la tercera será con Fundación Cultiva. En cuanto al área océanos, Üñu trabaja con la Fundación Plastic Oceans en la elaboración de campañas de Navidad que eliminen el uso de árboles de plástico para celebrar el rito. Esto, a juicio de García, cumple varias funciones.

“Chiloé es una de las zonas más desforestadas de Chile y tiene serios problemas con la retención de agua, por lo que necesita una restauración ecológica importante para llegar a su equilibrio. Un porcentaje de cada producto que vendemos se destina a reforestación. Y en el caso de los océanos, es una zona muy contaminada por el cultivo de choritos y la salmonicultura. Entonces además hacemos talleres dirigidos a niños y niñas. Vendemos árboles de Navidad de palitos. Por cada árbol navideño de palitos que vendemos, regalamos un taller a un niño. Potenciamos las habilidades blandas y cooperativas con foco en soluciones ambientales”, se explaya el “socio soñador” de la empresa, como reza la firma de su cuenta de correo electrónico.

De los desechos del mar, sin ir más lejos, proviene otra de las categorías que desarrolla Üñü. Por ejemplo, una de ellas son las lámparas que se fabrican a partir de trampas de centollas en desuso que expelen un líquido naranjo muy contaminante. El otro residuo marino son los cabos plásticos que se recogen en las mismas playas. A partir de éste, se elaboran gorros, canastos, bolsos y hamacas, entre otros.

Al proyecto Üñü -que ganó en 2018 el Premio Nacional del Medioambiente en la categoría Cultura Sustentable, entregado por la Fundación Recyclapolis y el Ministerio del Medio Ambiente- pertenece también una consultora que asesora a tres clientes en materia ambiental. Paralelamente nació la fundación La Tribu, cuyo foco es estudiar la posibilidad de instalar un parque de conservación de 250 hectáreas en Chonchi. Éste buscaría que las empresas mitiguen su huella de carbono colaborativamente a través de plantaciones.

En todos sus proyectos, García persigue el mismo fin: “El propósito obedece al cambio, a la responsabilidad de las empresas, a que el marketing tradicional se convierta en marketing regenerativo, con métricas distintas, a que las empresas se atrevan a invertir en educar y plantar para llegar a un comercio justo y virtuoso”, acota él.

En definitiva, según García, Üñü premia el consumismo: “Pretendemos convertir el concepto consumo desde un monstruo a un ángel, porque mientras más vendemos, más plantamos y más educamos”.

Fuente: paiscircular.cl